4-5 años

Con 4 y 5 años siguen estando en la edad perfecta para disfrutar de los Minis, cualquiera de ellos. Pero si buscas títulos más precisos y que funcionen bien para regalar a una clase, esta es la selección que te propongo, tres de ellos coinciden con la selección de 3-4 años, por lo que si son para regalar puedes combinar ambos packs perfectamente.

El oso que comía helados: Es un cuento sobre la amistad entre un niño y un oso al que le gusta comer helados. Precioso y muy adecuado para leer en casa y regalar a amigos.

Una moneda en el bolsillo: Uy, el dinero. ¿En qué lo gastamos? Mientras vuelven a casa, na hija y una madre hacen algunos recados por la calle y se suceden situaciones cotidianas: caprichos y necesidades se entremezclan en esta historia cotidiana en la que reflexionamos sobre comprar, gastar y usar.

La caja: Si en el Mini Las amigas se pelean veíamos un primer conflicto entre iguales, en La caja observamos un conflicto más elaborado, donde aparecen reflexiones más adecuadas a esta edad. ¿Qué es mío y qué es tuyo? ¿Nos gusta compartir? ¿Y si compartimos?

Ciudad color: Tanto Ciudad color como los dos siguientes títulos, Luma y Estoy aquí, son perfectos para niños y niñas de tres a cinco años, por lo que se repiten en este pack que muchas personas compráis para regalar. En Ciudad color, a través de la fantasía podemos explicar cómo se mezclan los colores y, además, fomentar el coraje de nuestros hijos en una etapa en la que los miedos aún siguen muy presentes. Precioso e imprescindible.

Luma: Lo escribió una maestra de infantil, y se nota. Y además de maestra es filóloga, y también se nota. Es un cuento tan bien hecho que es perfecto para leerlo a una criatura de dos años como primera lectura para una de seis. Tiene trama y subtramas, como debe ser. Es una lectura que les acompañará en los próximos años.

Estoy aquí: no hace falta tener hermanos para sentir celos, llamar la atención y expresarlo a través de travesuras, ¿verdad? Con este títulos, los niños observan cómo el protagonista siente todas esas emociones incontrolables que realmente sólo expresan el deseo de pasar más tiempo con sus padres. ¿Y si hay otra forma de comunicar a mamá y papá las cosas?

 

 

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