La magia del orden

La magia del orden

Cuando mi madre recibió las fotos que le envié del ordenado armario de su nieta no se lo podía creer. “¿Qué libro dices que has leído?”, preguntó. “La magia del orden. Herramientas para ordenar tu casa ¡y tu vida!, de la autora japonesa Marie Kondo”, le respondí. Marie Kondo es una gurú del orden del hogar que primero triunfó en su país natal y ahora en Estados Unidos. En youtube podéis ver muchos vídeos de ella enseñando cómo doblar la ropa en vertical, para que respire y no se arruga, y ordenarla por colores, del más claro al oscuro, para que al abrir los cajones nos resulte más fácil escoger. La aportación de su manual, y el secreto de su éxito, es un cambio de enfoque del problema: no se trata de qué debo tirar, sino de qué debo guardar en función de un sólo y sencillo criterio: ¿ese objeto me aporta alegría? Dice Kondo que hasta un niño de tres años puede poner en práctica su método, así que le pregunté a mi hija, que ya tiene cuatro años, qué ropa, juguetes y libros quería conservar. Por supuesto, no lo dudó ni un instante, aunque mi corazón de madre se encogiera al ver cómo relegaba al precioso (y carísimo) pony de peluche que le trajo Papá Noél por Navidad. Como diría Kondo, si el pony no le da alegría, no debe permanecer en su habitación.

Siempre he sido un desastre y de poco han servido mis intentos para poner orden, pero creo que con este manual amena lectura por fin lo voy a conseguir y voy a evitar el temido rebote (cuando la casa vuelve a desordenarse apenas unas horas después de haberla ordenado). ¿El precio? En este momento, un precio mini de 8,54 euros en la versión en castellano para Kindle y 13,29 en la edición de papel de tapa blanda.

De momento he empezado por la ropa y los libros, siguiendo el orden establecido por Kondo, pero aún voy a hacer otra pasada para realmente atreverme a quedarme sólo con lo que me hace feliz. Dejo aquí algunas pautas de Kondo:

– Debemos guardar sólo los objetos que nos aportan alegría.

– Cuando estamos rodeados de objetos que nos aportan alegría, somos más felices y nos encontramos más enérgicos.

– Tras deshacerte de un gran porcentaje de tus cosas, el aire que circula en la casa tiene menos polvo, por lo que es más fresco.

– Hay que despedirse de los objetos que regalamos, vendemos o tiramos y agradecerles la función que nos han brindado. Por ejemplo, “gracias, blusa, por haberme permitido darme cuenta de que este corte y ese color no me sientan bien”. Mostrando nuestra gratitud a esos objetos que se han cruzado en nuestra vida, pero que no nos aportan alegría y que estamos apegados a ellos por otros motivos (compré la blusa en rebajas pero casi nunca me la he puesto), nos resulta mucho más fácil desprendernos de ellos. Os aseguro que este halo místico/feng-shui funciona.

– La única manera de ser conscientes de todo lo que tenemos en casa es sacando por categorías las cosas de los armarios y cajones, por ejemplo, los libros, y ponerlos en el suelo e ir cogiendo uno a uno para saber cuál nos aporta alegría. Si no lo hacemos así, nunca nos desharemos de ellos… Quedan tan bonitos juntos en la librería…

– Tras quedarnos solo con las cosas que nos aportan alegría, debemos buscarles un sitio (ordenar) y tener claro que ese será siempre su sitio. De este modo es mucho más fácil mantener el orden.

– Es muy importante que cada categoría sólo tenga un sitio adjudicado. Por ejemplo, Kondo dice que “las monedas, al monedero”. Nada de dejarlas desperdigadas por toda la casa en botes dónde sólo acumulan moho y óxido.

La magia del orden