
El hombre que arreglaba las bicicletas
Unos Minis por El hombre que arreglaba las bicicletas. A veces las cosas bonitas ocurren de la forma más sencilla, como cuando en febrero me encontré con el escritor Ángel Gil Cheza e hicimos un trueque. Cuando le conocí le llamábamos El Súper, su nombre artístico como cantautor. Cantaba y tocaba la guitarra acústica en garitos con poca luz de la zona de Castelló y nos dejaba a todos embobados, no sólo a las chicas. Me hizo mucha ilusión verle y conocer a su hermosa familia: la violonchelista Lluïsa Ros y una pequeña que aún no ha cumplido el año y que ya tiene su mismo pelo. Quizá la emoción nubla mi juicio pero es que El hombre que arreglaba las bicicletas evoca mi infancia y juventud, con las playas del Mediterráneo, el calor pegajoso, la comida de mi madre, las fiestas de agosto y las orquestas de pueblo. Es una novela que se lee rápida y agradablemente. Sobre el amor y la vida, cómo no. Y que te deja pensado en la pregunta que todos nos hacemos alguna vez en la vida: “Y si en vez de haberle elegido a él, ¿hubiera elegido al otro?”.
Kindle: 6.64 euros.
Edición de bolsillo (edita Punto de lectura): 7,94 euros.